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Recientemente he asistido a un acto muy interesante del Instituto de Diplomacia Corporativa y he podido constatar los progresos de una disciplina que nace a caballo de los departamentos de Public Affairs, Relaciones Institucionales, Comunicación, RSC y algún otro. Como siempre que se ha creado una función organizativa nueva lo ha hecho a partir de otras existentes, tengo la impresión de que el sector de las Ciencias de la Vida, -siempre innovador en métodos y procedimientos- será pionero en su implantación en los organigramas.

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El ecosistema empresarial ha desarrollado una complejidad extraordinaria que requiere nuevas agendas relacionales para facilitar el entorno más favorable posible para alcanzar los objetivos. La conversación tradicional con clientes, proveedores y otros actores empresariales ya no son suficientes para los nuevos públicos, grupos y organizaciones.

La gestión del capital relacional vendría a englobar los recursos tangibles e intangibles de una compañía a través del valor de sus relaciones con la comunidad en sentido amplio. A través; es decir, con un sentido transversal e interdisciplinario claro.

Existen cuatro factores que el Instituto ha identificado como claves para explicar y posicionar la función de Diplomacia Corporativa y los cuatro afectan claramente al sector. Todas ellos vienen marcados por las palabras “interdependencia” y “sistema” donde tan importante como los elementos constituyentes son las relaciones.

En primer lugar, la presión regulatoria. En el sector de Ciencias de la Vida la presión regulatoria es omnipresente a todos los niveles y estados de la comercialización. Desde las fases clínicas más tempranas y el registro en sí mismo, hasta el acceso al mercado, la fabricación o la comunicación, la presión regulatoria se aprecia a nivel autonómico, nacional, europeo y global. También tenemos algunas derivadas que cobran importancia cada día como el cuidado del medio ambiente, la experimentación animal, los derechos humanos o la ética en los negocios, por mencionar algunos.

La aceleración de la globalización que se está produciendo día a día también demanda de buenas prácticas en Diplomacia Corporativa y este sector, como se suele definir, nace como global desde el primer día. Por si fuera poca velocidad, el Tratado Transatlántico TTIP va a generar tanto negocio como riesgos para las corporaciones menos preparadas.

La Disrupción Tecnológica es el tercer vector identificado y también resulta muy inherente a un sector tan volcado hacia la innovación en sus distintas formas. Además, es la responsable de que las empresas estén más expuestas a la opinión pública en general. Los clientes ya no comentan o se quejan al departamento de atención al cliente, sino a otros consumidores, influenciando la decisión de compra.

Y el cuarto factor no podía estar más de actualidad en el sector de la Salud, pues se trata de la Híper-transparencia, un concepto desarrollado a partir de la desaparición de barreras hacia un universo social muy igualitario, la lucha permanente por evitar la manipulación social (Efecto Streisand) y de las necesidades de Compliance de la sociedad, de las autoridades y del buen gobierno de las mismas empresas. La opción del silencio o de no tener presencia, simplemente no es aceptada.

La Diplomacia Corporativa aparece como una herramienta diseñada específicamente para gestionar el capital relacional de una organización y que cuando todo este capital se encuentra alineado con sus objetivos estratégicos supone una formidable palanca para conseguir retornos de esa inversión relacional.

Desde la perspectiva de Recursos Humanos, el reto es identificar a aquellos profesionales de las organizaciones mejor preparados para asumir responsabilidades en Diplomacia Corporativa, aprendiendo e incorporando aquellas competencias profesionales identificadas como clave en cada compañía:

     *    Practican la diversidad y las 3 G: Generación, Género y Globalidad.

     *    Perfil en T: experto en una disciplina, familiarizado con proyectos transversales y con capacidad para cooperar con otras áreas.

     *    Ciudadano del mundo (Willie Fog).

     *    Pensamiento de sistemas: tan importante o más que los elementos son las interrelaciones.

 

 Publicado originalmente en New Medical Economics, Marzo 2015

Este 2015 está suponiendo la consolidación de diversos segmentos del Sector de las Biociencias como resultado de un cruce de oportunidades y transversalización de los productos y servicios ofertados y demandados.

cc de la vida

Mientras el Sector Farmacéutico se tiene que conformar con crecimientos de un dígito o decrecimientos en Europa y otros países con severas medidas de control del gasto público, la Biotecnología ya supone 288 mil millones de USD en 2014, tras cinco años con crecimientos medios del 10 por ciento.

Y la Biotecnología tiene la llave de los futuros tratamientos y vacunas contra muchos tipos de cáncer, Alzheimer,  diabetes, esclerosis múltiple, enfermedades vasculares/coronarias , artritis y la mayoría de enfermedades raras. El aumento de adquisiciones y fusiones está desdibujando las líneas tradicionales entre los dos segmentos, ayudado por el mejor resultado de las Biotecnológicas en aportar tratamientos verdaderamente innovadores. Su trabajo –más cercano a la I+D básica- es mucho más complejo y arriesgado que el desarrollo de me-toos por parte de muchos laboratorios en los 80 y 90, pero está resultando mucho más rentable.

Otro segmento prometedor es el de la Electromedicina y Devices que predice crecimientos de más del 5 por ciento anual en los próximos cinco años, posiblemente mayores para los dispositivos usados en Neurología o en el nicho del diagnóstico in-vitro, que puede dar un gran salto con la creciente aportación de las pruebas genéticas de todo tipo, de nuevo estrechamente relacionadas con la Biotecnología.

La investigación y la innovación en el sector de las Biociencias resulta siempre una inversión de ciclo largo. Sólo las compañías con un enfoque a largo plazo y una buena planificación estratégica serán capaces de sacar partido de este mercado cada día más global.

Consecuentemente, los directivos de este sector de las Biociencias se enfrentan a muchos retos en los próximos años y sus habilidades directivas dependerán del tipo de compañía en la que trabajen: las compañías pequeñas continuarán impulsando la innovación y seguirán consiguiendo levantar capital para desarrollarse.

Mientras, los grandes grupos farmacéuticos siguen racionalizando su portfolio hacia terapias más especializadas, con la venta de las Divisiones o Unidades que no encajen el foco de las operaciones. Muchos de sus directivos se están reinventando para adaptarse a un nuevo entorno.

Y las medianas  se afanan en encontrar un nicho de liderazgo en alguna patología sin tratamientos satisfactorios para evitar aquello de quedar “atrapadas en medio”.

Publicado por Medical Economics, Agosto-Octubre 2015

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